viernes, 4 de septiembre de 2009

Un discurso histórico

Por: Ivonne Acuña Murillo

Cabe preguntarse qué es lo que da a un discurso el carácter de histórico. Se podría argumentar que es  la estatura moral, política, social o intelectual del personaje lo que imprime a sus palabras ese carácter.  Se podría afirmar también que es la pertinencia de lo dicho en función de un momento histórico determinado o ambas cosas: la posibilidad de un individuo, que en función de una preparación y experiencia previas y/o una gran intuición o capacidad de observación y análisis es capaz de hacer una lectura acertada y plasmar en palabras los elementos más importantes del momento histórico que le tocó vivir.

Pero, el que un discurso pase o no a la historia, no depende sólo del personaje y el documento en sí mismo, sino de la forma en que lo reciben aquellos a quienes va dirigido; esto es, está sujeto a múltiples lecturas e interpretaciones. En este caso, el texto escrito y leido por Porfirio Muñoz Ledo en la Cámara de Diputados, como parte del posicionamiento del Partido del Trabajo, iba dirigido al presidente de la República y su gabinete, a los mismos legisladores, a los partidos políticos, a la ciudadanía, a los mexicanos y mexicanas en general.

Se puede suponer que para el ejecutivo federal el posicionamiento del legislador es un intento más de la oposición por negar los "avances" del sexenio y por obtaculizar una "brillante" labor resaltando lo malo y ocultando lo bueno; para los legisladores y partidos, una postura más, entre muchas, que sus mismos partidos podrán parcialmente sostener o negar; para la ciudadanía y en general para quienes habitan este país, el discurso podrá pasar desapercibido si no se tuvo la paciencia y el interés de seguir con atención las intervenciones de los representantes de los diversos partidos el día de la entrega  por escrito del tercer informe presidencial, a través de la señal del Canal del Congreso. La oportunidad se perdió si se decidió esperar a ver el resumen en las principales cadenas de televisión que tuvieron a bien omitirlo.
Para otros, el discurso pasará por el tamiz de las simpatías partidistas, de los intereses personales, de las convicciones y prejuicios, lo cual se traducirá en un rechazo o aceptación, ya parcial, ya total.
Para los menos, las palabras de Muñoz Ledo, quedarán como un claro recuento de los problemas por los que atraviesa el país, de los errores cometidos por los diversos gobiernos, de la gran deuda social que crece año con año con los que menos tienen, de las soluciones posibles, por mencionar sólo algunos de los puntos por él referidos.
Como puede observarse, la posibilidad de que adquiera una influencia mayor y con ello un carácter histórico se pierde en un mar de intereses y desintereses políticos, económicos, sociales, personales y de grupo.
Sin embargo, para quien esto escribe, el discurso pronunciado el 1 de septiembre por Porfirio Muñoz Ledo es la visión de un hombre de Estado que conoce y comprende el funcionamiento del sistema político mexicano, sus debilidades y fortalezas, el contexto nacional e internacional en el que se inserta, las tan necesarias y urgentes reformas políticas (del Estado) y económicas (cambio de modelo), las posibilidades y riesgos que el país enfrenta, por lo que debería tener un lugar en la historia contemporánea de México. País al que amamos y que vemos sumido en una profunda y lacerante desigualdad social como mudos testigos de un drama que se avecina, ante la mirada impávida de nuestros gobernantes, a los que se suman legisladores y ministros, quienes dejan pasar una a una las oportunidades para sacar a este país adelante, ya por falta de voluntad política, por miopía partidista, por incapacidad o por estar demasiado ocupados asegurando sus intereses personales y de grupo. De cualquier forma, eso los deja a todos como "enanos" frente al reto histórico que deben enfrentar.



Porfirio Muñoz Ledo
Discurso de posicionamiento del PT en la Cámara de Diputados
Parte 1 de 2


Porfirio Muñoz Ledo
Discurso de posicionamiento del PT en la Cámara de Diputados
Parte 2 de 2




Los intentos por desacreditar al autor de un discurso que pasará a la historia como el análisis de un político con tamaños de estadista y que dejó pequeños a los demás oradores, van desde ignorarlo y omitir su mención en  los grandes medios de comunicación, empezando con Televisa y TV Azteca, hasta la carta de un publicista que de analista político no tiene nada, y quien, ante la falta de argumentos de peso (no porque no los haya sino porque los desconoce), se lanza a denostar a la persona hablando de su supuesta vida privada, pasando por alto ideas, problemas nacionales, proyectos, urgencias y la forma detallada en que Muñoz Ledo dibuja al país en un momento en que los errores políticos y económicos pueden llevarnos al desastre. Es de llamar la atención que esta carta, publicada el martes 9 de septiembre de 2008, circulara nuevamente por la red tan sólo unos días después de que Muñoz Ledo pronunciara el discurso arriba reproducido.

La carta de Carlos Alazraki puede ser consultada en:

http://www.cronica.com.mx/nota.php?id_nota=383963

Te sugiero leas una interesante opinión en torno al escrito de Alazraki, "intelectual pop", en contra de Porfirio Muñoz Ledo en:

http://cienciametodoysociedad.blogspot.com/

Me sumo a la carta que German Dehesa envía a Carstens

A DON CARSTENS, DE PARTE DE GERMAN DEHESA...

Oiga, Don Carstens

Lo acabo de ver en la TV y quedé francamente sorprendido. Por boca de usted vine a saber que la Secretaría a su digno cargo planea para septiembre un aumento en los impuestos. Dijo usted esto y se quedó con rostro muy satisfecho y bonachón, haga de cuenta Oliver Hardy cuando lograba pedir su refresco de sasafrás. No es por molestarlo, Don Carstens, pero de una vez le voy diciendo que me niego y me negaré rotundamente a aceptar esa alza que, tal como fue presentada, más parecía una "puntada", que algo bien razonado y de cara a la ciudadanía. Ustedes hacen sus reunioncitas para tomar decisiones que afectarán a todos y así, sin la menor explicación, nos anuncian esos cambios que siempre son, según ustedes, "para bien de la patria". Cada vez que nos hacen su perrería pretenden aplacarnos diciendo que todo es para servirnos mejor. A mis 65 años de edad, he tenido ya tiempo suficiente para comprobar que no hay cambios sustanciales que avalen lo dicho por la alta burocracia. Es decir, nuestros servicios siguen siendo de chisguete y para comprobarlo basta observar el ominoso y tornadizo comportamiento de la energía eléctrica en nuestros hogares cualquier tarde lluviosa. Es un desastre, como lo es el campo, como lo son esos hospitales rurales que, al poco tiempo de su inauguración, ya han sido saqueados y desabastecidos. Miremos hacia la educación y de ninguna manera miramos el afable e inteligente rostro de Don Pablo Latapí, sino el de la Gordillo, esa mancha escurridiza, deforme y acuosa, o asomémonos a nuestros corruptísimos cuerpos policíacos que ya no pueden ser más ignorantes, más miedosos, más impreparados y más dispuestos a transar con la delincuencia. Junto a esto, veamos los crecientes salarios y prebendas de los diputados, senadores y toda la caterva de "los que ya llegaron". Ellos, no nosotros, son los únicos beneficiarios de estos aumentos que, de tiempo en tiempo, se les ocurren a los de nuestra casta dominante.
Mi estimado Don Carstens: ¿quiere usted subir los impuestos?, bueno, pero primero díganos por qué, explíquenos de modo sencillo cómo es que no le están saliendo las cuentas y necesita más dinero; dinero que, no lo olvide, sigue siendo nuestro y nunca de usted. Los países que llamamos "democráticos" están obligados a tener un gobierno al que tienen que mantener para que éste, entre otras cosas, administre bien el dinero que ponemos en sus manos y lo aplique con tino y rectitud. Resulta, Don Carstens, que ahora va a necesitar más y yo ciudadano y causante tengo todo el derecho a preguntar: ¿para qué lo quiere?, necesito que nos muestre una lista puntual y desglosada de a qué se van a aplicar esos nuevos dineros; de otra manera, esto sería pachanga y un flagrante abuso de autoridad de su parte.. Quedamos claros: si no me explica para qué lo quiere, no le voy a dar ni un centavo de mi dinero que en este año horrendo he podido reunir con trabajos y chambas que ni usted, ni sus diputados pueden imaginar. Hacer el anuncio del aumento al tiempo que los periódicos denuncian los gastos imbéciles de la Presidencia y de su administración, es un insulto intolerable. No pago porque no es ético y háganle como quieran.

Puedes consultarla también en:
http://octavioislas.wordpress.com/2009/09/02/3448-mexico-carta-de-german-dehesa-a-carstens/

Cartens anuncia más cobro de impuestos



A falta de ideas más impuestos