viernes, 21 de mayo de 2010

EL PRI QUE VIENE

La  justicia mexicana: clasista, vergonzante y vergonzosa

Por: Ivonne Acuña Murillo

En las últimas semanas hemos acudido a un vergonzoso y vergonzante espectáculo protagonizado por la justicia del Estado de México, con el procurador Alberto Bazbaz a la cabeza, personaje respaldado en todo momento por el gobernador priísta Enrique Peña Nieto, protegido a su vez por el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y el grupo Atlacomulco. Me refiero obviamente al caso de la supuesta desaparición de la niña Paulette Gebara Farah, quien días después fue encontrada muerta al pie de su cama. La serie de errores cometidos por los investigadores del caso, que como bisoños olvidaron asegurar la escena de la desaparición; los miles de carteles que padre y madre de la niña decidieron pegar por todo el Estado; su petición de ayuda a los medios; las entrevistas dadas por la madre en las que aparece primero muy tranquila y luego tratando de llorar; el video donde las nanas de la niña explican, en acto, como tendían la cama de la niña (video que muestra el colchón y la piecera de la cama y en el que nunca se ve, ni por error el cuerpo de la niña); la serie de inconsistencias y contradicciones en las que incurrieron no sólo los padres de Paulette sino las mismas autoridades encabezadas por el procurador del estado.


Si todo fue un accidente deberíamos preguntar:


1. ¿Por qué los padres armaron tal escándalo por lo que desde el principio fue la muerte accidental de su hija en lugar de dar aviso a las autoridades competentes para que hicieran las investigaciones pertinentes?

2. ¿Acaso el cuerpo de la niña se volvió invisible a los ojos de propios y extraños, incluyendo al mismo procurador y los peritos especializados en investigación criminológica y las personas que durmieron en la cama de la niña después de su desaparición?

3. ¿Por qué las autoridades estatales no imputan responsabilidades al padre y a la madre de la niña o a quien resulte responsable por la forma irregular en que aparece posteriormente el cadáver de la niña?

4. ¿Por qué les llevó tanto tiempo realizar las investigaciones?

5. ¿Por qué arraigaron a los padres por lo que a “todas luces” era un “accidente”?

6. ¿Qué paso con las otras líneas de investigación, como la del secuestro planeado por los padres para cobrar un seguro?

7. ¿Por qué no se investigan las insinuaciones que hizo la misma Lisette Farah, madre de la niña, cuando en entrevista con Adela Micha y dice que hasta ahora no conocía a qué clase de negocios se dedicaba su marido ni cual era su situación financiera?

8 ¿Por qué el procurador dio la última versión de los hechos en la que se concluye que la muerte de la niña fue un accidente, sin explicar la mecánica de éste (de cómo pudo la niña ponerse una pijama que no usaba esa noche, rodar abajo del colchón, enredarse en su sábana o meterse en una bolsa de plástico, para luego asfixiarse mecánicamente y terminar entre el colchón y la piecera sin ayuda de nadie y siendo discapacitada), sin dar oportunidad a los periodistas de los diversos medios para hacer preguntas como las que aquí se consignan?

9. Finalmente, ¿Por qué no se dice abiertamente cuál es el nexo entre Peña Nieto y el padre y la madre de la niña?

Todo lo que todos y todas pudimos ver a través de los medios: las contradicciones, la impericia de los “peritos” y del mismo procurador, cuya renuncia debería ser la conclusión lógica de tanta pifia; el apoyo incondicional de Peña Nieto a su procurador; la desvergüenza con que se anuncia que fue un accidente después del lamentable espectáculo mediático con el que nos tuvieron entretenid@s por semanas y que por otro lado, nos permitió ver paso a paso la aplicación irregular, por decir lo menos, de la justicia, me lleva a afirmar, lo que de nuevo todos y todas sabemos, que en este país la justicia tiene un carácter clasista y que no se aplica por igual a ricos y pobres. Que los primeros pueden “accidentar” a sus hijos e hijas sin que sus acciones tengan consecuencias.

Cabría hacernos una pregunta más ¿dónde quedaron el derecho a la vida y la justicia de Paulette Gebara Farah? Pobre niña rica, cuya condición de clase la hizo víctima de su propio status.



Al respecto Miguel Angel Granados Chapa (Fecha: 24 Mayo 2010) en su PLAZA PUBLICA escribe:

Lenidad mexiquense

Al no haber renunciado inmediatamente después de su dudoso informe de resultados de la investigación sobre la muerte de la niña Paulette Gebara Farah, ni ser despedido en las horas siguientes por su jefe el gobernador del Estado de México, el procurador Alberto Bazbaz y el propio Ejecutivo aportaron un elemento de certidumbre sobre el triste destino que padecerá México si en julio de 2012 Enrique Peña Nieto es elegido presidente de la república.

Versión electrónica completa en http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/526627.lenidad-mexiquense.html


miércoles, 19 de mayo de 2010

El "jefe" Diego y los extraños designios de la justicia mexicana

Por: Ivonne Acuña Murillo

El sábado 15 de mayo amanecimos con la noticia de la desaparición de Diego Fernández de Cevallos, alías el "jefe", a la entrada de uno de sus "muchos" ranchos. En las horas que siguieron a la noticia comenzaron a circular en los medios diversas versiones de los hechos: se habló de un supuesto secuestro, tal vez de la delincuencia organizada o más específicamente del narcotráfico; luego se dijo que había aparecido muerto; después que estaba herido en un hospital de Querétaro; algunas horas más tarde que estaba siendo buscado al menos en cuatro estados de la República; para concluir con  la sospecha de que había sido secuestrado para ser intercambiado por el capo Nacho Coronel, quien se encontraba preso, lo cual por cierto es falso. Después de todas estas pifias informativas, el lunes 17 de mayo  Joaquín López Doriga, alías el "profe", en su noticiero televisivo, se autocensuró y dijo que no transmitiría más las noticias en torno a estos hechos para no entorpecer las investigaciones ¿Más? Tal vez lo hizo para evitar que se enrederan las cosas como en el asesinato de la pobre niña Paulette Gebara Farah. Pobre porque su condición de hija de familia rica amiga de gobernadores ha impedido que los verdaderos culpables de tan terrible "accidente" sean detenidos, juzgados y castigados. Por lo anterior y para evitar un largo camino de confusiones y dado que el "jefe" cuenta con todas las instituciones del Estado involucradas en este tipo de delitos (lo cual no pueden presumir los ciudadanos comunes que pasan y han pasado por lo mismo) yo propongo de una vez por todas que busquen a Diego Fernández entre el colchón de su cama y la piecera, con toda seguridad se rodó y está ahí vistiendo la pijama de su hermano y envuelto en su sabanita. ¿Para qué hacernos pasar de nuevo por el tortuoso camino de la justicia alla messicana? 

¿Quién lo diría?


Órganos - Helguera