Por: Ivonne Acuña
Murillo
2012 es un año crucial para la historia de México: mexicanos y mexicanas
elegiremos al próxim@ Presidente de la República; 128 Senadores (3 por cada
estado y el Distrito Federal); 500 Diputados Federales (300 por mayoría
relativa y 200 por representación proporcional), 6 Gobernadores, incluyendo al
Jefe del Distrito Federal y 583 cargos municipales. Pero no es el nivel -federal,
estatal y municipal- o la cantidad de gobernantes a elegir lo que hace de ésta
una fecha significativa. El 1 de julio nuestra decisión en torno a quien ha de
gobernarnos y representarnos determinará el rumbo que el país seguirá en los
próximos seis años y no sabemos cuántos periodos más. El sexenio que viene no
será uno entre otros pues apremian soluciones, urge un proyecto de nación digno de
ese nombre, que nos asegure que se resolverán problemas tan acuciantes como:
a) La enorme corrupción
política y social que atraviesa el país de lado
a lado y de arriba hacia abajo y que hace
posible que muchos políticos desvíen grandes cantidades de recursos y se
enriquezcan a costa de la población y no inviertan en programas sociales,
económicos, de investigación, etc. prioritarios y que, en muchos casos, sean
cómplices de narcos y delincuentes en delitos tan graves como la trata de
personas, la explotación sexual de mujeres, niños y niñas, la esclavitud con
fines laborales de hombres y mujeres, por mencionar sólo los delitos más
conocidos y en los que México se coloca como uno de los principales países en
el mundo en los que tienen lugar. Que esos mismos políticos nos brinden
servicios a precios del primer mundo con salarios del tercer mundo como la
gasolina y la electricidad. Que se apropien de los recursos que a todos y todas
pertenecen, que los vendan a las grandes corporaciones que no fomentan la
competencia pues son gigantescos monopolios que a la larga pretenden apropiarse
de todo, hasta del aire que respiras[1]. Que
permitan que grandes empresarios nos vendan productos no sólo dañinos para la
salud sino a precios exorbitantes, que nos ofrezcan algunos de los servicios
más caros del mundo como las tarjetas de crédito, los servicios de telefonía,
etc.; que nos vendan productos cuyo
precio sube a la par que baja la calidad; que ofrezcan los llamados “productos
milagro”, sin que el gobierno defienda nuestros intereses como consumidores.
b) La pobreza y la desigual e inequitativa
distribución de la riqueza ya que 52 millones de personas en México se encuentran
en situación de pobreza, 28 millones sufren pobreza alimentaria, 11.7 millones
son pobres extremos[2],
a pesar de las cuentas alegres de quien gobierna. Estas cifras contrastan con
el hecho de que en el mismo país vive el hombre más rico del mundo[3].
c) El
desempleo adulto (de 30 años
en adelante) y juvenil (de 15 a 29
años) (alrededor de 7 millones de jóvenes que no estudian ni trabajan[4],
los llamados “Ni-nis”, ya porque no tienen oportunidad, ya porque saben que
estudiar no les garantiza conseguir un “trabajo decente”[5],.
De manera que muchos de ellos y ellas buscan salidas en las filas del
narcotráfico y la delincuencia organizada, incluso como una cuestión
aspiracional, en lugar de resignarse a una vida llena de carencias y
limitaciones.
d) La
inseguridad, la violencia, la impunidad y los delitos cometidos por los
narcotraficantes y la delincuencia organizada, como la venta de drogas, de armas, la trata de personas
(cuyas víctimas son en su mayoría, 80%, mujeres y niñas[6]),
los tres negocios más redituables del mundo. Otro de ellos, el secuestro, que
daña a la persona, su familia y su patrimonio y que en muchos casos termina con
el asesinato de la persona secuestrada[7].
e) El control que ya ejerce el narcotráfico y la delincuencia
organizada sobre importantes lugares de nuestro territorio[8], sin que los gobiernos,
municipal, estatal o federal sean capaces de proteger a la ciudadanía y a las y
los habitantes de esas plazas, quienes en muchos de los casos han decidido
abandonar sus hogares ante la falta de seguridad[9].
Los anteriores son
sólo algunos de los problemas más apremiantes.
POR TODO LO DICHO AQUÍ Y LO NO DICHO, VOTAR EN
2012 SE CONVIERTE EN UN ASUNTO VITALMENTE IMPORTANTE, POR LO QUE TE PROPONGO
ATENDER EL SIGUIENTE DECÀLOGO.
1. NO VOTES por una mujer, un joven, un guapo, un maduro, un profesor
por el sólo hecho de serlo, ni por lo que dicen de sí mism@s o lo que prometen.
2. NO VOTES
por las figuras televisivas, por el “bueno” de la telenovela, por el príncipe
azul, por el novio de la estrella, sin analizar sus posibilidades y desempeño
anterior.
3. NO VOTES por el que supuestamente va a ganar, sólo por no
perder. No te dejes influenciar por las encuestas y votes por quien afirman va
ganando al creer que no hay nada que hacer y que votes o no de todas maneras va
a ganar, pues con seguridad ganará sí no
votas. No votes aplicando una estrategia aleatoria como “De tin marín….”, ni por el mismo sólo porque con él o ella “ya
sabes a qué atenerte”, algo así como “más vale malo por conocido que bueno por
conocer” anulando toda posibilidad de un cambio.
Recuerda que tu voto siempre será una posibilidad para cambiar las cosas y que
las encuestas marcan supuestas tendencias y no el resultado final.
4. NO VOTES por alguien sin conocer su trayectoria personal,
familiar y política. No olvides que los valores personales o la falta de éstos
inciden directamente en la forma de gobernar. No olvides tampoco que la gran
mayoría de los que ya han gobernado o pretenden gobernar acostumbran no cumplir
sus promesas.
5. NO VOTES por
alguien sin saber cuál es su proyecto de gobierno y sus propuestas en torno a
los principales problemas que aquejan a México, recuerda que éste también es tu
país y que su suerte es la tuya.
6. VOTA
después de haber analizado con cuidado a cada una o uno de los candidatos y a las personas que formarán su equipo o lo
están apoyando para llegar a la Presidencia de la República.
7. VOTA
después de haber analizado con cuidado a cada uno de los partidos que este año proponen
candidatos y candidatas a gobernadores, funcionarios municipales, diputados,
diputadas, senadores y senadoras y a ést@s mism@s.
8. VOTA de manera diferenciada (un partido para la Presidencia, un partido para
Diputados, otro para Senadores), a menos que estés convencid@ que un sólo
partido puede resolver los principales problemas que enfrenta el país, sólo
entonces vota en cascada (presidente, diputados y senadores de un mismo
partido).
9. VOTA
con la conciencia de que la persona y/o partido que elijas incidirá directa e
irremediablemente en tu vida cotidiana. Que sus decisiones afectarán y por
mucho tiempo tu vida, la de tu familia, amig@s, vecin@s, conciudadan@s, país.
10. VOTA
con responsabilidad y no sólo pensando que votar es tu obligación sino tu
derecho, cuyo ejercicio te confiere la calidad de ciudadan@. De otra manera,
votar por votar, sin reflexionar en torno a la mejor opción, sin informarte,
sin pensar en los pros y los contras, te convierte en cómplice y apoyador de los malos gobernantes. Al votar
por votar o no votar rechazas tu condición de ciudadan@, para convertirte en un
títere de los políticos y sus proyectos personales y de grupo.
Y RECUERDA,
HOY MÁS QUE NUNCA, TU VOTO ES IMPORTANTE,
NO SE LO DES A CUALQUIERA,
NO LO ANULES, NO LO DEJES EN BLANCO,
NO DEJES DE VOTAR.
SI NO VOTAS,
TAL VEZ INDIRECTAMENTE
ESTARÁS ELIGIENDO
AL PARTIDO POR EL QUE NUNCA VOTARÍAS
¡TÚ DECIDES!
[5]
Para la Organización Internacional del Trabajo éste es aquel que “[…]
resume las aspiraciones de la gente durante su vida laboral. Significa contar con
oportunidades de un trabajo que sea productivo y que produzca un ingreso digno,
seguridad en el lugar de trabajo y protección social para las familias, mejores
perspectivas de desarrollo personal e integración a la sociedad, libertad para
que la gente exprese sus opiniones, organización y participación en las
decisiones que afectan sus vidas, e igualdad de oportunidad y trato para todas
las mujeres y hombres” (http://www.ilo.org/global/topics/decent-work/lang--es/index.htm)