domingo, 28 de octubre de 2012

MÉXICO: ENTRE EL REALISMO MÁGICO Y EL SURREALISMO





Por: Ivonne Acuña Murillo

Buenas tardes a todas y todos, agradezco la invitación a participar en la presentación del número 26 de la Revista Foro Multidisciplinario de la Universidad Intercontinental. Debo confesar que horas después de haber sido invitada me sentí algo inquieta pues pensé: “Ya que esta presentación tendrá lugar nada menos que en el contexto de la Décima Segunda Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México es altamente probable que alguien me pregunte: ¿Cuáles son los 3 libros que han marcado su vida política? Me tranquilicé al pensar que yo no tengo a la política como mi actividad principal, por lo que nadie me haría semejante pregunta. Pero al poco rato recordé que Aristóteles reconoció en todos los seres humanos a la política como una dimensión inherente, más aún como una característica definitoria de nuestra especie, así el llamado zoon politikon o animal político supone que nadie escapa a un cierto ejercicio de la política, necesario para la vida en sociedad.

Estas reflexiones me colocaron de nuevo en un estado de intranquilidad y me regresaron a la pregunta inicial. Entonces tomé la decisión de preparar mi respuesta y evitar ser sorprendida en falta y luego se me acusara de no leer, de no recordar los títulos de los libros y los nombres de sus autores o de presentar un texto, el mío, olvidando a quien lo hubiere escrito. Es así que preparé una larga lista de obras con sus respectivos autores y que de forma abreviada organicé en tres volúmenes, mismos que estoy dispuesta a leer si surge la pregunta temida.

 Pero para bajar su nivel de ansiedad ante tal anuncio, puedo acortar mencionando sólo algunos de los autores que ocupan un lugar preponderante en mi memoria. Para evitar malos entendidos no comenzaré por la Biblia porque, aunque intenté leerla no llegué siquiera a completar uno sólo de los textos que la componen, por lo que prefiero mencionar un libro que de seguro si marcó y despertó mi conciencia social, hablo de El Capital de Carlos Marx, en especial el Tomo I y el apartado denominado “Acumulación originaria de capital”, donde el autor analiza la forma en la que, entre los siglos XV y XVIII, millones de campesinos europeos fueron despojados de sus tierras y formas de vida y convertidos en trabajadores “libres” algunos, en vagabundos y asaltantes otros, estas últimas transgresiones fueron castigadas por las famosas leyes de pobres que se aplicaban en contra de aquellos que una vez despojados no encontraban formas “honestas” de vivir, por lo que sí se les encontraba robando o vagando se les azotaba, marcaba, mutilaba, esclavizaba o mataba. Recuerdo incluso haber llorado una noche cuando leía, en algún otro apartado, el caso de los niños y niñas, hijos de las y los trabajadores o, en muchos de los casos, huérfanos, que hacia mediados del siglo XIX eran obligados desde los 3 años a meterse por horas, días y años en una rueca y dar vuelta a una manivela, al punto de que al paso de los años sus pequeños cuerpos acababan deformados.

Por supuesto, no todas las lecturas que he hecho han provocado en mí semejante pesar, a la obra anterior se suman decenas y decenas de textos relacionados con mis años escolares, mi actividad académica y mi curiosidad intelectual y que no menciono para no aburrir a la audiencia. Sólo diré que he tenido el gusto de leer algunas obras de: el gran Miguel de Cervantes Saavedra, Shakespeare, el otro grande de la literatura universal, Manuel Paino, Luis G. Inclán, extraordinarios escritores mexicanos, del poeta español Federico García Lorca, de Jorge Luis Borges, que no “José Luis Borgues”, como dijera un ex presidente mexicano de triste memoria; de Julio Cortázar, Edgar Alan Poe, H.P. Lovecraft, Óscar Wilde, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez, el querido Gabo que el sábado pasado celebró 30 años de haber recibido el premio nobel de literatura, Carlos Fuentes, ilustre escritor nuestro, muerto no hace mucho y cuyo nombre fue dado al foro en el que ahora nos encontramos, Carlos Monsiváis, parte importante de la conciencia crítica de México y quien ya no documenta nuestro optimismo, Gabriela Mistral, Elena (Elenita) Poniatowska, Rosario Castellanos, Ángeles Mastreta de lo mejor que la escritura de mujeres ha dado, por nombrar sólo algunos. Confieso también que entre los cientos y cientos de libros y autores que aún no he leído se encuentra Peña, pero no se equivoquen, me refiero al erudito mexicano Ernesto de la Peña, muerto el 10 de septiembre de este año.

No quiero dejar de mencionar en este breve recuento Pedro Páramo de Juan Rulfo y Los recuerdos del Porvenir de Elena Garro, obras pertenecientes al realismo mágico, género inaugurado por el primero y en el que de manera extraordinaria coexisten los muertos y los vivos, sus angustias, deseos, recuerdos, anhelos, esperanzas, en un espacio intemporal donde como en analogía a una cinta de Mövius el presente, el pasado y el futuro se cruzan y confunden en una banda interminable. Y si todavía hay quien duda que en México los muertos caminan -lo cual por otro lado no es novedad pues ya sabíamos que votaban-, basta recordar el reciente caso de Heriberto Lazcano, alías el “Lazca”, narcotraficante líder de los Zetas, muerto en enfrentamiento con la policía estatal de Coahuila quien desapareció de la funeraria donde lo entregaron por lo que ha sido bautizado por el ingenio popular como “narcozombie”. Después de semejante pifia el Procurador de Coahuila afirmó no tener noticia de que se “trataba de un cadáver de alta peligrosidad” y que debía ser custodiado. Por si fuera poco, las autoridades coahuilenses han decidido además de buscar al susodicho muerto por cielo, mar y tierra, exhumar los cadáveres de su padre y madre para hacer pruebas de ADN y mostrar de nuevo que, en efecto, el muerto es quien se dice que es. Pero, de acuerdo con una filtración, los encargados de esta investigación temen que al abrir las tumbas los progenitores hayan repetido la hazaña del capo y no estén en sus últimas moradas sino dándose una vueltecita o “anden”, como muchos en este país, buscando a su hijo desaparecido; razón por la cual consideran conveniente, además de hacer las pruebas, buscar al Lazca en la cama de la muy desafortunada niña Paulette o bajo el asiento de la camioneta del “Jefe Diego”.

Pero el realismo mágico y los muertos que caminan no son con mucho lo único que caracteriza la realidad nacional, en 1938 André Breton al visitar nuestro país, afirmó que México era un país surrealista, donde el mundo de los sueños y el subconsciente se mezclan con la realidad y el resultado es un mundo aparentemente absurdo, a lógico, en el que los fenómenos del subconsciente escapan al dominio de la razón. Por supuesto, habrá quien diga que eso no es cierto, que en nuestro país las cosas absurdas no pasan nunca. Lamento mucho tener que decir que lo cierto es más bien lo contrario y México como país surrealista es un lugar: donde las víctimas del narco, el ejército y las policías no son víctimas sino “efectos colaterales”; donde los fraudes electorales y las campañas inequitativas no son tales sino muestras claras de la gran democracia que hemos construido y por añadidura resultado de la voluntad popular; donde la verdad jurídica niega a la verdad histórica a contrapelo de la evidencia que muestra lo contrario; donde un “viejo” partido es capaz de presentarse como “nuevo” cuando a todas luces sus prácticas y valores no han cambiado y aun así gana la presidencia; donde los partidos de oposición se mimetizan con el viejo partido y desde sus nuevas experiencias de gobierno repiten los patrones del partido corrupto al que han criticado; donde el que gana, gana sin ganar, repitiendo la lógica del “haiga sido como haiga sido” y el que pierde no pierde sino que gana sin ganar; donde las televisoras son capaces de imponer a su propio presidente de la República disfrazándolo de galán de telenovela pasando sobre la voluntad de millones de personas; donde los pobres, son pobres porque quieren y la clase media cada vez es menos media y más baja y ambos conviven con el hombre más rico del mundo; donde la reforma laboral confeccionada por los empresarios, presentada por el actual gobierno y apoyada por el que viene precariza el trabajo y genera desempleo en todo el mundo, menos aquí; donde las miles y miles de personas muertas, heridas, desaparecidas y desplazadas son la prueba irrefutable de que “vamos ganando” la guerra que el gobierno calderonista le declaró al narco y al crimen organizado; donde las y los defensores de derechos humanos al igual que los luchadores sociales son criminalizados mientras que los verdaderos delincuentes son protegidos; donde el presidente electo viaja por el mundo como si ya estuviera en funciones y el presidente en funciones trata de hacer en 6 meses lo que no hizo en 5 años y medio; donde la realidad que el grupo gobernante y los principales medios de comunicación pretenden no coincide con la que se vive cotidianamente; en resumen, un país de caramelo que a fuerza de discursos y spots vacíos se nos presenta como un barco que va viento en popa aunque no cheque con nuestra percepción de un barco que se hunde.

Este país que transcurre entre el realismo mágico y el surrealismo nos lleva a plantearnos cuestiones tan trascendentales como: ¿Dónde estamos parados? ¿Hacia dónde vamos? ¿El país, avanza, retrocede o se encuentra estancado? ¿Si, el pasado, el presente y el futuro se superponen podemos afirmar que el pasado es el futuro? Si por el contrario el pasado no es el futuro ¿Podemos afirmar que estamos inaugurando una etapa cualitativamente distinta? ¿El retorno del PRI a Los Pinos es un retroceso, una vuelta al pasado, una restauración o una etapa nueva en la que lo viejo se confunde con lo inédito? ¿Existe la esperanza de abandonar pronto esta realidad que lo carcome todo?

Las respuestas a estas preguntas no están en los escritos que bajo el título “Manual para entender México”, aparecen en la Revista que hoy presentamos, pero en ellos se pueden encontrar algunas de las claves que posibilitan una reflexión más profunda en torno al presente y futuro de México. Es así que a la pregunta de José Ángel Leyva sobre las razones que explican al narco y el crimen organizado, Pablo Gómez responde que el “[…] Estado que lanzó al mundo del resentimiento a millones de jóvenes, un segmento de donde salen los reclutas para el crimen organizado, actuó como generador de violencia, como un Estado irresponsable e incapaz” (: 7). Un Estado que a decir de él mismo tiene como contraparte a “un país deficitariamente ciudadano, pero menos deficitario que hace algunos años” (: 11).

Por su parte, Carlos Villaseñor sostiene que “[…] no podemos confundir la necesidad real de renovar la cohesión social y el sentido de nuestro proyecto de nación con la solución formal antigua” (: 16), por lo que debemos encontrar nuevos proyectos y nuevas formas de convivencia social que nos permitan salir del punto en el que nos encontramos.

Camilo de la Vega afirma, antes de comenzar la entrevista a Raúl Moreno Wonchee, ambos compañeros de mesa, que “Nos ha llegado el agua hasta el cuello. Al menos éste parece ser el sentir general, que se recrudece todavía más en tiempos poselectorales. No es necesario hacer un balance profundo para ver que las cosas no marchan bien” (: 19). En el mismo sentido, Moreno sostiene que “En México, el bienestar de la clase media no es tan sólido, puede venirse abajo en cualquier momento” (: 21). En su diagnóstico político destaca la urgencia de “[…] que se reconstituya la izquierda para formular una política autónoma viable que encauce la importante fuerza electoral que representa y para reconstruir la utopía social”. También se requiere, continua, que la derecha no se desbarate y abandoné el pragmatismo que la destruye desde adentro y retome sus valores fundacionales; finalmente que el PRI se renueve y reposicione ideológicamente.

Angélica Monroy en entrevista con Lourdes Arizpe, cita a Jesús Silva Herzog,  quien opina que México tiene numerosos problemas que resolver pero el fundamental es justo “hacerlo” (: 30). Por su parte, Arizpe dice que “México afronta grandes presiones internas ocasionadas por grupos a los que sólo interesa acumular riqueza y poder, en lugar de pensar en que todos nos beneficiemos de un desarrollo económico y social para que todos avancemos” (: 31). Para ella uno de los problemas que enfrentamos tiene que ver con que la situación de las mujeres en México ha empeorado en los últimos 10 años, por ejemplo en algunos estados de la República se encarcela a la mujer violada que no quiere tener al hijo producto de esa violencia extrema, incluso se prefiere que en los casos en que está en peligro la vida de la madre, ésta muera antes que abortar.

En su artículo, Juan Pablo Brand, también en esta mesa, propone “[…] la amnesia como una vía para descubrir nuevos rumbos, nuevos significados. Olvidar la fantasía transmitida de generación en generación de la llegada de un ser que organizará al país y pondrá fin a todos nuestros pesares […] Olvidemos lo que nos enseñaron a creer que teníamos que ser, para centrarnos en las verdaderas posibilidades de nuestro ser” (: 39). Siguiendo esta propuesta, Tomás Serrano cita al autor italiano Pino Cacucci, para quien acercarse al otro supone una renuncia incondicional a “[…] nuestros propios esquemas y costumbres, liberándonos de la inconfesada certeza de que la realidad es unívoca y unidimensional, y de que todo puede interpretarse con una sola y única mirada” (: 48).

Es en esta búsqueda de soluciones que José Fernando García, pasea la mirada sobre el Movimiento #YoSoy132 y observa el despertar de una generación que comenzó rompiendo el prejuicio de su supuesta apatía y desinterés por el otro y que a partir de las palabras del poeta comunista turco Nazim Hikmet dibuja su estar en el mundo, a saber “Si yo no ardo / Si tú no ardes / Si nosotros no ardemos / ¿Quién iluminará esta oscuridad? (: 44).

Para cerrar este recuento, quien esto escribe sostiene que México enfrenta de tiempo en tiempo una contradicción entre la verdad histórica y la verdad jurídica, paradoja provocada por quienes no han estado a la altura de su momento histórico y, en función de sus propios y mezquinos intereses, han puesto a este país al borde del colapso.

            Para finalizar, agradezco a José Angel Leyva Alvarado, Director de la revista que hoy nos ocupa, a la Jefa de redacción Eva González Pérez y a Camilo de la Vega Membrillo, redactor, no sólo por darme con frecuencia un espacio en su prestigiosa publicación, la cual ha sido distinguida dos veces con el Premio Nacional de Periodismo, sino por no haber nunca censurado, cambiado o mutilado los contenidos de mis artículos. 

Gracias por su atenta escucha.

La Revista Foro Multidisciplinario de la Universidad Intercontinental a la que hago referencia puede ser consultada en: http://es.scribd.com/doc/106863561/Revista-UIC-26


lunes, 8 de octubre de 2012

"DEMOCRACIA DE PUERTA TRASERA"


Por: Ivonne Acuña Murillo

Haciendo una retrospectiva en función de los resultados del reciente proceso electoral a otros momentos culminantes de la historia política mexicana de los últimos veinticuatro años es posible adelantar la hipótesis de acuerdo con la cual el avance democrático vivido por el país en éstas poco más de dos décadas, ha sido una bien planeada estrategia instrumentada por facciones del PRI y el PAN para despresurizar el sistema político sin la intención real de abrir espacios a la participación ciudadana ni permitir el paso a Los Pinos a proyectos políticos o económicos diferentes a los impuestos desde 1982, con la llegada a la presidencia de la República del primer presidente de ideología neoliberal, Miguel de la Madrid Hurtado. Lo anterior ha resultado en la conformación de una deficiente democracia, la cual podría ser calificada como democracia de puerta trasera.
            Las elecciones de 1988, 2006 y 2012 pasarán a la historia como los intentos fallidos de la izquierda mexicana por llegar al poder de la presidencia y dar a la alternancia una dimensión real. Las acciones fraudulentas del PRI y el PAN, y el mutuo apoyo que se han brindado, a pesar de sus falsos amagos permiten, a la luz de diversos hechos, especular sobre la existencia de un acuerdo “en lo oscurito” para convertir al mexicano en un sistema bipartidista de derecha o de centro-derecha, en el mejor de los casos.
            En 1988, después de la famosa “caída del sistema” y del reconocimiento legal del “triunfo” de Carlos Salinas de Gortari, el grupo parlamentario del PAN, con Diego Fernández de Ceballos a la cabeza, apoyó al PRI para que fueran quemadas las boletas electorales acabando con toda evidencia histórica del fraude electoral. El premio fueron las llamadas “concertacesiones” a partir de las cuales el PAN ganó su primera gubernatura, en 1989, quedando sellado desde ese momento un pacto entre la fracción neoliberal del PRI y la parte más pragmática del PAN, aquella contraria a Manuel Clouthier.
            En el año 2000, el arribo de Vicente Fox Quesada a la presidencia de la República, abrió una nueva fase en la vida política mexicana al suponer el arribo de la tan ansiada democracia “sin adjetivos”. Sin embargo, aquel que afirmó haber sacado al PRI de Los Pinos, lo volvió a meter. Co-gobernó con este partido teniendo como una de sus principales operadoras a Elba Esther Gordillo, cuyos nexos con Carlos Salinas de Gortari son por todos conocidos. En contraparte, se esforzó por evitar a toda costa que Andrés Manuel López Obrador, líder máximo de la izquierda mexicana, ocupara la silla presidencial, intentó desaforar al entonces gobernador de la Ciudad de México, después convenció, corrompió, desvió fondos públicos, se coludió con los principales poderes fácticos representados por los medios de comunicación y empresarios de diferentes ramos, intervino directamente en favor de su partido y su candidato, poniendo en riesgo la elección presidencial de 2006, de acuerdo con el propio TEPJF, todo con tal de burlar la decisión ciudadana que comenzaba a inclinarse peligrosamente hacia la izquierda.
            El “haiga sido como haiga sido” de Felipe Calderón Hinojosa y la frase de Fox en cuanto a que “ganó dos veces la presidencia” son el cínico reconocimiento de lo que hasta ese momento todavía podía considerarse una sospecha. Al igual que en el caso de Salinas de Gortari, la Suprema Corte de Justicia de la Nación aprobó, con el voto definitorio del ministro presidente, Guillermo I. Ortiz Mayagoitia, la destrucción de las boletas de los comicios presidenciales del 2 de julio de 2006, esta vez fue el PRI quien apoyó al PAN para que tal cosa tuviera lugar[1]. Por otra parte, la revelación de que Calderón fue apoyado el día de las elecciones por gobernadores priístas, algunos de ellos  vinculados y asesorados por la Gordillo, quien también apuntaló al panista sacando a sus huestes de maestros a votar y tomar posiciones entre los funcionarios de casilla, es un dato más de los arreglos entre priístas y panistas. Como pago, FCH puso a Roberto Campa (hoy en el equipo de transición de Enrique Peña Nieto) al frente del Sistema Nacional de Seguridad Pública, a Francisco Yánez” de la Lotería Nacional y a Miguel Ángel Yunes del ISSSTE.
            Hoy, seis años después, de nueva cuenta es posible atestiguar el contubernio entre  algunos priístas y panistas gracias al inmoral llamado de Fox a votar por Peña Nieto y su intento por convencer a los propios panistas y sus simpatizantes de que Josefina Vázquez Mota no tenía posibilidad alguna de ganar. Muy atrás quedaron las víboras prietas y las tepocatas, los insultos al priísta Francisco Labastida (la vestida) Ochoa y la idea de consolidar la democracia mexicana rompiendo de tajo con una cultura política corporativista y clientelar. Fox finalmente mostró su verdadera naturaleza, nunca fue un panista convencido, sino un pragmático que utilizó al PAN para sus propios fines y hoy nuevamente se colude con el “viejo-nuevo” PRI para que le cuide las espaldas ante el escandaloso y muy explicado enriquecimiento de su familia política. Pero más allá de las acciones de este ex presidente que ha roto con la tradición priísta de guardar silencio y retirarse a la vida privada dejando a su sucesor la arena política para él solo, saltan a la vista, para quien observa de cerca los vericuetos de la política en México, los elementos que confirman la existencia de un pacto para evitar a toda costa el arribo al poder de un proyecto que beneficiando a las grandes mayorías ponga en riesgo los privilegios abusiva y corruptamente obtenidos por un pequeño grupo de políticos y empresarios.
            La abundante evidencia fáctica de esta colusión proporciona a millones de mexicanos y mexicanas la certeza de que nuevamente se cometió un fraude electoral y de que quien portará la banda presidencial a partir del primero de diciembre no es aquel por el que se votó, hecho que coloca en su justa dimensión a la democracia mexicana, como una democracia de puerta trasera.
            En 1988, CSG tomó posesión protegido por el Ejército mexicano ante el temor de las protestas callejeras provocadas por el fraude cometido en contra de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano; en el 2006 FCH entró y salió del recinto parlamentario, en el que tomó posesión como presidente constitucional, por la puerta trasera, toda vez que los parlamentarios del PRD tomaron la tribuna para evitar que fuera investido como mandatario; hace unos días EPN aunque llegó al TEPJF, para recoger su constancia de mayoría,  por la puerta del frente, tuvo que salir también por la puerta de atrás para no encontrarse con quienes afuera del tribunal manifestaban su repudio al virtual próximo presidente.
            La importancia simbólica que reviste llegar por el frente o por la puerta trasera es reconocida por diversos actores que tratan a toda costa de cubrir las apariencias, en este sentido es de notar la acotación hecha por el periódico Milenio al afirmar “Peña Nieto pudo entrar por la puerta principal en un convoy que circulaba sobre la avenida Carlota Armero, que después fue cerrada sólo para que él llegara. El convoy pasó desapercibido por los manifestantes que se encontraban a las afueras[2]. En la misma dirección va la última reforma constitucional de acuerdo con la cual “Si por cualquier circunstancia el Presidente no pudiere rendir la protesta (…) lo hará de inmediato ante las Mesas Directivas de las Cámaras del Congreso de la Unión, o también ante el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación”[3].
            CSG cubrió su falta de legitimidad de origen con una legitimidad por desempeño, aunque finalmente el inicio del sexenio de su sucesor, Ernesto Zedillo Ponce de León, marcado por el famoso “error de diciembre” lo colocaron en su justa dimensión; no así FCH quien a lo largo del sexenio ha tenido que enfrentar en muchas ocasiones –a pesar del búnker que lo acompaña- abucheos, rechiflas, mentadas de madre, acusaciones de “espurio”, incluso en el mismo Palacio Nacional (http://goo.gl/I11qV), a los que se suman los justos reclamos de las víctimas de la Guardería ABC y de la fallida guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, entre otros.
            Ante este panorama, cabe preguntarse ¿Por cuántas puertas traseras tendrá que entrar y salir Peña Nieto toda vez que desde ahora millones de personas afirman que él no será su presidente? ¿Cuántos sexenios más tendremos que conformarnos con una democracia de puerta trasera, en la que sale un espurio y entra otro? ¿Cuántas décadas más tienen que pasar para que podamos hablar de una verdadera democracia? ¿Cuántos movimientos sociales como #YoSoy132 tendrán que surgir para que de una vez por todas tengamos elecciones libres, equitativas y auténticas? Yo no tengo la respuesta, sólo la convicción de que ésta no es la democracia que quiero heredar  a las futuras generaciones.

Comentarios: iam_60@hotmail.com

REFORMA LABORAL CALDERONISTA O SÁLVESE QUIEN PUEDA


Por: Ivonne Acuña Murillo

En el fondo de la reforma laboral -cuyos verdaderos autores son cinco abogados de la Confederación Patronal de la República Mexicana, Coparmex- enviada por Felipe Calderón Hinojosa al Congreso como iniciativa preferente para su revisión y posible aprobación, se encuentra una combinación de implicaciones e intenciones visibles y no visibles que contrastan con los discursos a favor de esta controvertida reforma a punto de ser aprobada
Entre las consecuencias obvias para los expertos e informados, pero no así para el común de la gente, se pueden mencionar la formalización de la precariedad en el empleo, la posibilidad de que los empresarios puedan despedir, cuando quieran y bajo sus condiciones, a sus trabajadores; que se contrate a la gente por horas y/o a prueba sin tener que reconocerles ningún tipo de derecho; que se desactive la resistencia sindical y los contratos colectivos de trabajo, más en perjuicio de los trabajadores que de los líderes sindicales; que el interés de las y los trabajadores quede supeditado al interés económico de los empleadores, etc. La tan cacareada flexibilización del trabajo supone echar por tierra los derechos laborales ganados en más de un siglo de lucha en aras de beneficiar a una parte del sector empresarial, facilitando la transferencia de la renta del trabajo al capital. Esto va acompañado de discursos, oficiales unos, políticos y empresariales otros encaminados a rodear de un halo de legitimidad a una reforma que se presenta como necesaria para crear empleos, dinamizar el mercado interno y recuperar el crecimiento económico. En el fondo se trata de legalizar aquello que informalmente ya ocurre y que justo ha tenido el efecto contrario: ni más empleos, ni crecimiento económico, ni mejoría del mercado interno. 
Pero, lo anterior no es una novedad ni ocurre sólo en México, sino que es parte de un proceso mundial producto de un modelo económico que exacerba las contradicciones entre el capital y el trabajo, en detrimento de éste último, con el agravante de que, a decir del experto en la materia Arturo Alcalde Justiniani[1], es aquí donde estas medidas, a diferencia de otros países, se pretenden aplicar dejando a los trabajadores en una mayor indefensión.
La trampa está en rodear las malas intenciones de dicha reforma con supuestas ventajas como el permiso por paternidad, derecho que por supuesto debe incluirse ya en toda reforma laboral, pero que no alcanza para minimizar los perjuicios que provocarán los cambios propuestos; o la puntualización, hecha de manera tramposa, en torno a que no se podrá condicionar la contratación de una mujer con la prueba de embarazo o despedirla por estar embarazada, dado que esas disposiciones están incluidas en la Ley Federal del Trabajo desde hace años y son principios que de manera reiterada violan los empleadores cuando de contratar a una mujer se trata, por mencionar sólo algunas.
Un discurso a favor es del PAN, en cuya representación Juan Bueno Torio, integrante de la Comisión de Trabajo y Previsión Social de la Cámara de Diputados, afirmó que esta reforma permitirá colocar a México cerca del lugar número 90 en competitividad laboral, lo cual permitirá mayor inversión” (Revista EMET, 19-09-12, http://goo.gl/Dn1Ms), lo que no se dice es que, en efecto, México compite con otros países pero a la baja para ofrecer a los inversionistas extranjeros mano de obra barata, además de las ventajas que conlleva la desprotección laboral y las violaciones continuas a los derechos de los trabajadores.
Un punto más que presenta implicaciones claras y otras no tan visibles se relaciona con el hecho de poner límites a los poderosos líderes sindicales en torno al cobro de cuotas y la transparencia en el manejo de éstas. Esto que salta a la vista esconde no sólo mensajes cifrados sino oscuras intenciones. Por un lado, cabría preguntarse ¿A quién beneficia o podría beneficiar la intención de poner un freno económico a los corruptos líderes sindicales? Por otro lado, ¿Se atreverá la administración priísta, en el remoto caso de que se apruebe esta parte de la reforma, a poner límites a la poderosa profesora Elba Esther Gordillo? ¿Por qué Calderón no lo hizo y ahora ofrece a su sucesor en bandeja de plata dicha posibilidad? ¿Habrá cambios en PEMEX? ¿Sufrirán otros sindicatos la suerte del SME? ¿Las implicaciones económicas y políticas de la reforma elaborada por la COPARMEX supondrán finalmente la derrota histórica de las y los trabajadores mexicanos y/o un cambio en el equilibro de fuerzas dentro del corporativismo mexicano? ¿Calderón mandó esta reforma para evidenciar la complicidad del PRI y los corruptos sindicatos una vez que esta parte de la iniciativa no pasará?
La respuesta a éstas y otras preguntas sólo podrá darse en el marco del sexenio que está por comenzar. Pero no terminan ahí las consecuencias todavía invisibles que los cambios que en materia laboral ha impuesto el actual modelo económico depredador. La reforma laboral así planteada no restringe sus consecuencias al ámbito meramente laboral o político, sino que extiende su influencia al ámbito de la vida social en su conjunto si consideramos que el trabajo es el eje sobre el que se estructura la vida en sociedad. Hasta ahora, a pesar de la fuerte crisis del empleo, los ciclos vitales de millones de personas aún están organizados en torno al trabajo: los primeros años de la vida están destinados a la adquisición de los conocimientos y la preparación suficiente para obtener un empleo; en un segundo momento, el de la “vida activa”, las personas ponen o intentan poner en práctica aquello para lo que se prepararon; finalmente, una vez terminada esta etapa y obtenida la jubilación (para quienes todavía poseen ese derecho) la gente disfruta, a partir de una pensión, de los beneficios de una vida de trabajo. Más aún, el hecho de tener un empleo da a las personas un lugar en la familia y la comunidad, les proporciona estatus, reconocimiento, identidad, sentido de pertenencia. Por el contrario, la falta de éste se ha convertido en un detonante de enfermedades físicas y mentales, de desprecio, abandono, exclusión, marginación, soledad y suicidios. Los desempleados son ahora los nuevos parias de la tierra.
Detrás de los desempleados se encuentran los empleados precarios, la gran mayoría de los cuales subsiste con dos dólares diarios, ingreso que nunca les permitirá salir de la pobreza y acceder a mejores condiciones de vida. Para los que logran ganar un poco más el futuro no es tampoco halagüeño, pues sus salarios siempre están por debajo de la inflación. A este grupo le sigue un tercero, el de quienes teniendo lo que podrían considerarse buenos salarios no logran asegurarse una vejez tranquila, toda vez que la inestabilidad laboral no les permite planear a largo plazo. Las personas que se ubican en estos tres grupos son para quienes observan de manera crítica el actual modelo económico losers o “perdedores” en buen español. Finalmente, en la cúspide de la pirámide se encuentran los trabajadores privilegiados, los VIP (Very Important People) o “ganadores” que además de tener sueldos extraordinarios cuentan con todas las ventajas de la seguridad social, de las que han sido privadas la mayoría de los integrantes de las futuras generaciones y aún de los que hoy superan los 40 años. Esta reforma entonces no disminuirá la distancia entre los perdedores y los ganadores, sino que consolidará la precariedad de los primeros.
Pero las consecuencias invisibles o no tan obvias no paran ahí, en el marco de la empresa, la desestabilización laboral, la falta de seguridad en el empleo, la precarización de las condiciones de trabajo, los despidos masivos, las contrataciones por horas o a través de empresas subcontratistas, la fragmentación del trabajo, etc., generan el rompimiento o la inexistencia de lazos afectivos y empatía entre compañeros hasta provocar el advenimiento de un individualismo extremo y una competencia caníbal entre pares y, por tanto, una falta de solidaridad con quien puede ser visto como un rival.
Por otra parte, el hecho de que los dueños de empresa se vean en la necesidad de “estar a la moda” y “modernizar” sus negocios les lleva a contratar firmas que se ocupan de reducir la estructura, decidir quien se va y quien se queda y aún de despedir a aquellos elementos que “corrieron” con la mala suerte de que sus puestos de trabajo y aún ellos mismos fueran considerados “superfluos”. Esta práctica provoca la desaparición de puestos medios y la ruptura de la cadena de mando y autoridad, además de que abre una enorme brecha entre el empleador y el empleado dando al traste con los compromisos morales entre ambos. Este proceso de “destrucción creativa”, en la que un grupo de “expertos”, los llamados consultores, se atreven a reorganizar una compañía sin conocerla a fondo, provoca que en muchas de las ocasiones se despida a quien posee la experiencia y los conocimientos necesarios para el buen funcionamiento de los procesos de trabajo y en su lugar se coloque a eventuales o gente sin experiencia con la clara intención de pagar menos[2]. Esto, unido al desgaste físico y mental que ocasiona el tener que tomar varios empleos para reunir un salario “decente” o cubrir jornadas extenuantes en la medida que a los que no son despedidos se les suman las cargas de trabajo de los que se fueron -lo cual no implica por supuesto un mayor salario- está provocando y provocará en el futuro próximo una serie de accidentes y muertes. Sólo es cuestión de poner atención cuando en las noticias se reporta que la mayoría de los accidentes aéreos, en carreteras, en centrales nucleares, en hospitales, etc., se deben a errores humanos o que el número de muertes por accidentes de trabajo va en aumento.
Finalmente, la consecuencia última de la reforma laboral es dejar a las personas a la deriva en un mar de tiburones donde la regla primordial es “sálvese quien pueda” y donde la frase “mujeres y niños primero” se vació de contenido junto con el futuro de los que vienen detrás.

Comentarios: iam_60@hotmail.com



[1] MVS-Radio, emisión de noticias de la tarde (13:00 a 15:00 hrs), 20-09-12.
[2] Al respecto leer de Richard Sennett, La cultura del nuevo capitalismo,  Barcelona, Editorial Anagrama, 2006.